Sebastian Vettel cerró el año de manera espectacular en Interlagos, después de ganar su novena carrera consecutiva y seguir estirando y agrandando los libros de récords de la Fórmula 1. Webber se despidió de la categoría con un podio y sin casco en la vuelta de honor, mientras que Fernando Alonso realizó otro de sus muy buenos manejos para finalizar una temporada para el olvido en el podio.

Un condimento especial que le quedaba a Sebastian Vettel, y que muchos le pedían que aún necesitaba rendir, era la lluvia. El agua apareció el sábado en el Gran Premio de Brasil, y el cuádruple campeón mundial contestó con una muy buena clasificación, digna de un piloto de su talla. Realizó dos vueltas de pole, con las que le hubiera alcanzado para largar adelante. Le sacó más de medio segundo a Rosberg, Alonso y Webber que largaron detrás.

El domingo esperaba más lluvia, pero las nubes estaban sostenidas arriba del circuito y los chaparrones se hacían desear, más aún por aquellos pilotos que sabían que no tenían posibilidades en una pelea directa con Vettel en pista.

Seb no tuvo su mejor largada y Nico Rosberg aprovechó para llegar adelante a la primera curva. Webber, Alonso y Hamilton peleaban detrás, pero rápidamente Vettel recuperó la punta antes de hacer el primer pase por línea de meta. Como es costumbre, el Red Bull sacó una buena ventaja en las primeras vueltas para cubrirse del DRS y de cualquier potencial problema.

Vettel se escapó adelante, Webber y Alonso superaron a Rosberg y se encolumnaron detrás. La lluvia comenzó a caer en finas gotas, pero no lo suficiente como para humedecer la pista y que los pilotos necesitaran buscar las gomas intermedias.

Un solo momento complicado tuvo Red Bull en la carrera, cuando tras un desentendimiento, el equipo llamó a Vettel y Webber a pits, sin tener sus neumáticos listos. A pesar del error, Vettel no perdió la punta, pero Webber tuvo que recapturar el segundo lugar a manos de Alonso.

Finalmente, la lluvia no llegó y no hubo Safety Car. Con un Sebastian Vettel implacable junto a su Red Bull RB9, el joven alemán de 26 años cerró un año impresionante, con una racha de nueve victorias consecutivas desde la vuelta del receso de verano europeo, allá por fines de agosto en el Gran Premio de Bélgica.

Bélgica, Italia, Singapur, Corea del Sur, Japón, India, Abu Dhabi, Estados Unidos y Brasil. Las nueve victorias finales que sentenciaron el campeonato y lo convirtieron en el único piloto en lograr esta cantidad consecutiva en la misma temporada, igualar el récord de victorias totales en un año de Schumacher (13) y ser el piloto en sumar mayor cantidad de puntos, amén del cambio de sistema que hubo hace ya cuatro temporadas.

Vettel festejó con donuts. Webber cerró su carrera de una manera muy especial en su vuelta de honor: se sacó el casco y mostró su cara arriba del Red Bull tras haber logrado un muy buen segundo puesto. Final redondo para Red Bull.