Aquí comenzó la historia: así es Silverstone

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Inaugurado en 1948, el mítico y veloz Silverstone es uno de trazados con más historia dentro de la F1. Tanto que allí dio inicio el primer Mundial de la categoría en 1950. Por Sergio Núñez @F1SergioNez.



Aunque los orígenes del Gran Premio británico datan de los años ’20 en un circuito llamado Brookland y durante la década del ’30 pasó por Donington, la competencia recién se asentó concluida la Segunda Guerra Mundial; más concretamente en 1948, en Silverstone, sobre la base de un aeropuerto militar abandonado tras ese conflicto bélico.


De los tres trazados que hospedaron la prueba desde inicios del Mundial en 1950, Silverstone es el primero en cantidad de presencias: 47, alternándose con Aintree, entre 1955 y 1962, y con Brands Hatch, de 1964 a 1986. En Aintree se corrió cinco veces, y en Brands Hatch, 12, totalizando 64 Grandes Premios sobre 64 posibles, lo que convierte a Gran Bretaña en uno de los dos únicos países con asistencia perfecta en la F1. El otro es Italia.


Al inaugurarse, Silverstone tenía forma de estrella de mar, usando a las pistas del aeródromo como rectas y con una extensión original de 4.712 metros. Luego de numerosos cambios, en 2010 pasó a contar con 5.891 metros, a recorrer 52 veces (306,198 kilómetros). Pero a pesar de las modificaciones para hacerlo menos veloz y peligroso, continúa siendo muy rápido. Al punto que en casi el 66% de la vuelta se va a fondo, llegándose a velocidades superiores a los 300 kilómetros por hora.


Los mayores cambios los sufrió en 1987, y hace cuatro años volvió a ser objeto de grandes modificaciones en el primer sector, con una nueva sección interior denominada Arena, y variantes en las curvas Chapel, la número 14, y Club, la 18.


En su versión actual, Silverstone requiere de una alta carga aerodinámica y tiene seis tramos veloces, sólo tres curvas lentas de 18 y tres sectores ideales para adelantar. Como la mayoría de los dibujos del calendario, tiene dos zonas de DRS. La primera en la recta del compejo Arena, la de Wellington, y la segunda, agregada en 2013, en la recta de Hangar, que enlaza los virajes de Chapel y Stowe en el tercer y último sector. Por sus características, Pirelli seleccionó los dos compuestos más duros de su gama, el duro y el medio. Aunque la lluvia es una invitada habitual y suele modificar los planes.


Uno de sus grandes difícultades del circuito es la gran fuerza gravitacional que los volantes deben soportar al transitar sus complicadas curvas. En Copse, por ejemplo, se estima que deben aguantar unos 5.2 G, algo menos de lo que resisten los pilotos de aviones caza. Así, los cuellos de los corredores tienen que soportar cinco veces el peso de su cabeza. O sea 26 kilos.


La pole a batir corresponde a 2013, el último año que se usaron motores V10 de 3 litros y cuando Lewis Hamilton (Mercedes) dominó la qualy con 1m 29s 607/1000. En cambio, la carrera más veloz y el mejor récord de vuelta datan de 2010, año en que Mark Webber (Red Bull-Renault) ganó en 1h 24m 38s 200/1000 y Fernando Alonso (Ferrari) giró en 1m 30s 874/1000.


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