El Circuit de Barcelona-Catalunya: rápido, técnico y complejo

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Como desde 1991, el Gran Premio español de F1 recalará en el trazado de Montmeló, que los equipos conocen al dedillo por ser también escenario de distintos tests. Aún así, encontrar los mejores reglajes por sus tramos rápidos combinados con un último sector bastante lento no resulta nada fácil. Por Sergio Núñez @F1SergioNez

Los orígenes del Gran Premio de España se remontan a la década del ‘20, en la prehistoria de la F1, pero la prueba recién se consolidó en el Mundial a partir de 1968 -salvo un breve interregno entre 1982 y 1985- en cuatro trazados distintos: Pedralbes (dos veces sede), Jarama (9), Montjuïc (4), Jerez de la Frontera (5) y Barcelona-Catalunya (24), que la hospeda ininterrumpidamente desde 1991 y también sirve para pruebas de pretemporada y entre Grandes Premios.

Pese a ese vasto conocimiento, el circuito -ubicado en el pueblo de Montmeló y con capacidad para 131 mil espectadores- no deja de traer problemas, porque si bien está catalogado como un dibujo veloz, también cuenta con un último sector bastante lento que complejiza la puesta a punto. Además, el viento suele cruzarlo con fuerza, y lo abrasivo de su asfalto desgasta mucho los neumáticos. En especial, los del lado izquierdo. De ahí que los compuestos elegidos por Pirelli sean el duro (franja naranja) y el medio (franja blanca).

De sus 16 curvas (nueve a la derecha y siete a la izquierda), sólo tres son lentas. Por lo que el frenado equivale sólo al 12% de la pista, y no a fondo. Eso, más una recta larga lo convierten -junto a Silverstone- en una de las citas del Mundial donde más influye la carga aerodinámica; y por su impronta, los autos van al tope de su velocidad en el 60% del recorrido. En la qualy de 2014, la velocidad máxima fue de 337,7 kph.

Aún así, los sobrepasos son infrecuentes. En ese aspecto, el lugar más indicado es el final de la recta principal, donde se encuentra una de las dos zonas de DRS, el alerón trasero móvil que facilita los adelantamientos. La otra, de más reciente aplicación, está en la contrarrecta que conduce hasta el sector del Estadio.

Como los frenos, en Barcelona-Catalunya las suspensiones tampoco representan un gran desafío porque no hay un uso particular de los pianos, lo que significa que el coche puede rodar bajo.

Eso sí: lograr la pole en este trazado es casi sinónimo de victoria. Tanto que de los 24 GPs disputados allí, en 18 el poleman terminó llevándose el triunfo, y en 22 ocasiones el ganador salió de la primera fila. Sólo Michael Schumacher y Fernando Alonso consiguieron vencer saliendo tercero y quinto en 1996 y 2013 respectivamente, en las que han sido, hasta ahora, las dos únicas victorias saliendo desde más atrás.

En 2007, el circuito presentó algunos cambios que lo extendió a 4.665 metros, y que transitados 66 veces en sentido horario llevó el recorrido total a 307,104 kilómetros. De ahí en más, la mejor pole fue la de Mark Webber (Red Bull-Renault) en 2010, con 1m 19s 995/1000. La carrera más veloz fue también la de 2010, año en que Webber ganó en 1h 35m 44s 101/1000. En cambio, la vuelta más rápida del domingo corresponde a 2008, cuando Kimi Raikkonen (Ferrari) marcó 1m 21s 670/1000. En todos los casos, con motores V8 de 2400 centímetros cúbicos atmosféricos.


Ya con los V6 turbo de 1600 cc, el año pasado, la pole y el triunfo quedaron en manos de Lewis Hamilton (Mercedes), en 1m 25s 232/1000 y 1h 41m 05s 155/1000. Mientras que el récord de vuelta fue para Sebastian Vettel (Red Bull-Renault), con 1m 28s 918/1000.


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