El mítico y veloz Silverstone

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Inaugurado en 1948, es uno de trazados más legendarios de la F1. Tanto que allí comenzó todo hace más de medio siglo, y ahí se escribirá este fin de semana un capítulo más de la temporada 2015 -el noveno- y de la rica historia del Gran Circo. Por Sergio Núñez @F1SergioNez.


Si bien el origen del Gran Premio británico se remonta a los años ’20 en un circuito llamado Brookland y durante la década del ’30 pasó por Donington Park, la competencia recién se asentó concluida la Segunda Guerra Mundial. Más concretamente en 1948, en Silverstone, sobre la base de un aeropuerto militar abandonado tras ese conflicto bélico.

De los tres trazados que hospedaron la prueba desde inicios del Mundial en 1950, Silverstone es el primero en cantidad de presencias: 48, alternándose con Aintree entre 1955 y 1962, y con Brands Hatch de 1964 a 1986. En Aintree se corrió cinco veces, y en Brands Hatch, 12, totalizando 65 GPs sobre 65 posibles, lo que convierte a Gran Bretaña en uno de los dos únicos países con asistencia perfecta en la F1, junto a Italia.

Al inaugurarse, Silverstone tenía forma de estrella de mar, usando a las pistas del aeródromo como rectas y con una extensión original de 4.712 metros. Luego de numerosos cambios, en 2010 pasó a contar con 5.891 metros, a recorrer 52 veces (306,198 kilómetros), siempre en sentido horario. Pero a pesar de las modificaciones para hacerlo menos veloz y peligroso, sigue siendo muy rápido. Al punto que en el 66% de la vuelta se va a fondo, llegándose en la qualy de 2014 al récord de 325,3 kph.

Los mayores cambios los sufrió en 1987, y hace cinco años volvió a ser objeto de importantes modificaciones en el primer sector, con una nueva sección interior denominada Arena, y variantes en las curvas Chapel, la número 14, y Club, la 18.

En su versión actual, Silverstone tiene seis tramos veloces, sólo tres curvas lentas sobre un total de 18 (10 a la derecha y 8 a la izquierda) y varias zonas para adelantar. Lo que requiere no sólo de una buena velocidad punta sino de una buena estabilidad en los cambios rápidos de dirección y una elevada carga aerodinámica para transitar correctamente las curvas rápidas.

Esa carga más variantes veloces y enlazadas implica que el neumático sufre por las altas cargas laterales, razón por la cual Pirelli seleccionó los dos compuestos más duros de su gama: el duro (franja naranja) y el medio (franja blanca). Y como hay pocas frenadas fuertes -el frenado equivale sólo el 9% de la vuelta-, el desgaste de los discos no es excesivo.

Al igual que casi todos los dibujos del calendario, Silverstone tiene dos zonas de DRS, el alerón trasero móvil que facilita los sobrepasos. La primera en la recta del complejo Arena, la de Wellington, y la segunda -agregada en 2013- en la recta de Hangar, que enlaza los virajes de Chapel y Stowe en el tercer y último sector.

Una de las grandes dificultades del circuito es la gran fuerza gravitacional que los volantes deben soportar al transitar sus complicadas curvas. En Copse, por ejemplo, se estima que deben aguantar unos 5.2 G, algo menos de lo que
resisten los pilotos de aviones caza. Así, los cuellos de los corredores tienen que soportar cinco veces el peso de su cabeza. O sea 26 kilos.

La pole a batir corresponde a 2013, último año de los motores V10 atmosféricos de 3 litros limitados a 18.000 rprm y cuando Lewis Hamilton (Mercedes) dominó la clasificación con 1m 29s 607/1000. En cambio, la carrera más veloz y el mejor récord de vuelta datan de 2010, año en que Mark Webber (Red Bull-Renault) ganó en 1h 24m 38s 200/1000 y Fernando Alonso (Ferrari) giró en 1m 30s 874/1000 con igual tipo de impulsores.

Con los vigentes V6 turbo de 1600 centímetros cúbicos, Nico Rosberg (Mercedes) hizo la pole de 2014 en 1m 35s 766/1000, mientras que la victoria y la vuelta más rápida en carrera fueron para el local Hamilton (Mercedes) en 2h 26m 52s 094/1000 -bandera roja mediante- y 1m 37s 176/1000 respectivamente.




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