La F1 comienza el segundo tramo de su calendario tras un mes de receso en el mítico y desafiante circuito belga, el predilecto de casi todos los pilotos y fans, pese a su drástico acortamiento en los años ‘80. Por Sergio Núñez @F1SergioNez

Si bien de sus casi 15 mil metros originales por carreteras públicas sólo quedan menos de la mitad, Spa-Francorchamps es el circuito más extenso de los 19 que visita la F1 y, por sus desafíos, también es el favorito del mundillo de la F1. Diseñado en 1920, fue escenario del primer Gran Premio de Bélgica en 1925 y continuó siéndolo hasta 1970, cuando primero Nivelles (en dos oportunidades) y luego Zolder (10 veces) se transformaron en su sede.

Ya reducido por razones de seguridad, Spa-Francorchamps recién volvió a recibir a la categoría en 1983, pero a pesar de su drástico acortamiento sigue poniendo a prueba la habilidad y el valor de los pilotos como pocas pistas.

El trazado, de tipo semipermanente y situado en medio del bosque de las Ardenas, tiene desde 2007 una traza de 7.004 metros, que recorridos 44 veces en sentido horario completan 308,052 kilómetros. Su actual versión combina cinco tramos rápidos -donde se alcanza una velocidad máxima de más de 310 kph- con sólo tres curvas lentas sobre un total de 19 (10 a la izquierda y 9 a la derecha). Eso explica que se vaya con el acelerador a fondo en el 70% del giro y que el frenado por vuelta equivalga al 14%.

Desde la línea de largada hasta la primera variante, La Source -que se toma en segunda marcha-, hay pocos metros, lo que la convierte en escenario de habituales colisiones, sobre todo, en el arranque. Pero el sector más famoso es el siguiente a esa horquilla, conocido como Raidillon / Eau Rouge, donde se acelera por una larga recta en bajada, tras lo cual debe encararse una subida con una serie de zigzagueos que finaliza en una contracurva ciega y cuyo principal desafío es justamente Eau Rouge. No casualmente Alain Prost afirmó que esa mítica curva “separa a los hombres de los chicos” y Ayrton Senna reveló que allí hablaba “con Dios”.

Aunque sectores como la antigua variante Malmedy, la chicana Masta (dicen que era aún más desafiante que Eau Rouge) y la Bus Stop con desequilibrantes pianos hoy son sólo un recuerdo, en el tramo intermedio del actual dibujo todavía sobresale Les Combes, dos rápidas horquillas enlazadas de cuarta velocidad, y Stavelot, otra curva rápida que rememora a la homónima del viejo circuito; y en la parte final se destaca Blanchimont, también por su velocidad.

Por sus características, Spa-Francorchamps requiere de una buena velocidad punta y buenos niveles de carga aerodinámica, sobre todo en el segundo sector, y tal vez sea el mayor reto de la temporada para el motor. En cambio, no es muy exigente con los frenos, y como por su rapidez no se transita mucho por los pianos, la suspensión se adapta más al equilibrio de gran velocidad que al de baja.

Como la mayoría de los dibujos del calendario, el trazado belga tiene dos zonas de activación del alerón trasero móvil (DRS) que facilita los adelantamientos. La primera se ubica en la recta de meta, con detección previa a la curva 18, al comienzo del la Chicane, mientras que la segunda está en la recta entre Raidillon y Les Combes, con detección antes de la curva 2.

Por el asfalto abrasivo de Spa-Francorchamps, sus desniveles y su mezcla de curvas rápidas con largas rectas, Pirelli eligió sus neumáticos medios (franja blanca) y blandos (franja amarilla). Pero como la región se caracteriza por sus impredecible condiciones meteorológicas (que a veces hacen
que un sector de la pista esté seco mientras en el otro extremo llueve torrencialmente) siempre deben tenerse listos los compuestos para mojado.

Todas las plusmarcas son de la época en que se usaba motores V10 de tres litros. La pole a batir corresponde a 2010, cuando Mark Webber (Red Bull-Renault) clavó 1m 45s 778/1000. En cambio, la carrera más rápida fue la de 2007, año en que Kimi Raikkonen (Ferrari) ganó en 1h 20m 39s 006/1000 y el mejor récord de vuelta es el de 2009, cuando Sebastian Vettel (Red Bull-Renault) giró en 1m 47s 263/1000.

Ya con los V6 turbo de 1600 centímetros cúbicos, en 2014 la lluviosa clasificación fue para Nico Rosberg (Mercedes) con 2m 05s 591/1000, la victoria para Daniel Ricciardo (Red Bull-Renault) en 1h 24m 36s 556/1000 y el giro más veloz en carrera también para Rosberg con 1m 50s 511/1000.