Sochi, centro vacacional y deportivo
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Situada entre los picos nevados del Cáucaso y las cálidas aguas del Mar Negro, la ciudad sede del GP ruso de F1 es un importante punto de descanso, recreación y de distintas prácticas deportivas. Por Sergio Núñez @F1SergioNez
Aunque hace varios años Bernie Ecclestone intentó llevar la F1 a un circuito callejero en las inmediaciones del Kremlin y la Plaza Roja de Moscú, fue finalmente Sochi la ciudad que introdujo a Rusia en el calendario de la especialidad, en octubre de 2014. Esto, pese a los no pocos llamamientos internacionales para suspender la competencia por el rol de la nación euroasiática en el conflicto ucraniano.
Sochi saltó a la fama mundial ocho meses antes del arribo de la categoría máxima como anfitriona de los XXII Juegos Olímpicos de Invierno. Obviamente, su elección como casa de ambos acontecimientos deportivos no fue casual. Es que la ciudad se encuentra entre las montañas nevadas del Cáucaso y el Mar Negro, y esa privilegiada ubicación geográfica hizo que a inicios del siglo XX ya se convirtiera en un importante centro vacacional. No por casualidad, en la época soviética, Iósif Stalin mandó a construir allí su dacha (casa de campo) favorita.
Fundada en 1896 sobre la base de un fuerte construido 58 años antes en el krai de Krasnodar, Sochi es hoy uno de los principales sitios turísticos de Europa. Prueba de ellos son los más de cuatro millones de turistas que la visitan al año, básicamente atraídos por su clima templado y las cálidas aguas del Mar Negro, donde se puede hacer playa y nadar hasta bien entrado octubre. Sin olvidar sus manantiales de aguas minerales y sus sanatorios, como Rodina y Ordzhonikidze.
La ciudad de Sochi tiene una superficie de 3.508 km² y una población cercana a los 400 mil habitantes. En cambio, la Gran Sochi -es decir, la urbe más los pueblos cercanos- se extiende a lo largo de 146 kilómetros en la costa del Mar Negro, lo que la convierte en la segunda área metropolitana más larga del mundo.
El conjunto es también conocido por otras instalaciones deportivas, como las vinculadas a los deportes acuáticos, la escuela de tenis donde se formaron María Sharápova y Yevgueni Káfelnikov, y los centros de esquí y snowboard, como Krásnaya Poliana. Que el deporte es uno de los puntales turísticos de la región lo confirman las obras que en 2018 la transformarán además en una de las sedes del Mundial de Fútbol a disputarse en Rusia.
Otros atractivos de Sochi son las iglesias ortodoxas rusas, los teatros de Invierno y de Verano, el Riviera Park, diseñado originalmente en 1898 para los zares; el Arboretum o Dendrarium, un jardín botánico y centro de investigación forestal de más de 12 hectáreas; las Cascadas de Aruga, que caen desde una altura de 30 metros; la fuente mineral de Matsesta, con agua de 170 millones de años de antigüedad; las cuevas de Vorontsovskaya y Ajshtyrskaya, así como el cañón de Navalizshinsk y las rocas blancas.
Sochi es también importante por el desarrollo de la industria alimentaria, que incluye la conserva de pescado, granjas avícolas y ganaderas, la piscifactoría (crianza de peces), la panificación y las plantaciones y fábricas de té. Además, en las afueras de la ciudad se desarrolla la agricultura hortícola y de frutales, la apicultura (crianza de abejas) y la silvicultura (el cuidado de bosques, cerros o montes).
Gran nudo de transporte del sudoeste ruso, por los Juegos Olímpicos de Invierno 2014, Sochi desarrolló y modernizó su red de trenes eléctricos y construyó una carretera de circunvalación que enlaza con la carretera M27. El transporte urbano consiste principalmente en marshrutkas (minibuses), una red de autobuses y taxis, muchos de ellos no regulados y con tarifa a convenir entre conductor y pasajero. También hay dos funiculares y tres teleféricos.
En el micro distrito de Adler -los otros tres en que se divide Sochi son Josta, Tsentralny y Lazarevsky- se encuentran varias estaciones ferroviarias y el aeropuerto, de donde salen a diario docenas de vuelos a Moscú y otras ciudades rusas, pero no tantos internacionales. Algo a tener cuenta si se asiste al GP desde otro país.