Una postal de Silverstone
/
0 Comments
La novena fecha del calendario 2014 se disputará en Silverstone, una villa de la campiña británica habituada tempranamente a la F1 y que el fin de semana del Gran Premio modifica su apacible fisonomía. Por Sergio Núñez @F1SergioNez.
Que el pueblo de Silverstone tiene estrecha ligazón con la F1 lo confirma el hecho de que su circuito -del mismo nombre que la villa- fue sede del Gran Premio británico en 49 oportunidades. La primera, en 1948, dos años antes de que se inaugurara el Campeonato Mundial de la especialidad, que empezó también en Silverstone, en 1950. Motivo por la cual, la “Máxima” es para los lugareños casi tan natural como el verde de sus campiñas.
Silverstone es un pequeño y apacible poblado -algo más de cinco mil habitantes- del distrito de South Northampton, en el condado de Northampton, a 122 kilómetros al noroeste de Londres, la capital del Reino Unido. El fin de semana del GP, sin embargo, esa traquilidad se ve alterarada por el arribo de miles de fans dispuestos a disfrutar no pocas de las distintas actividades programadas para la ocasión.
Desde números musicales -este año hay un tributo a Los Beatles- hasta un torneo de baile, pasando por shows de acrobacia en bicicleta, karts eléctricos para niños y competencias de segway. En torno al trazado también se montan más de 150 stands con variado merchandising, comida (desde hamburguesas hasta fideos y nachos) y bebida (desde cerveza hasta champán).
Pero si algo distingue a Silverstone los días del GP -además de las carreras automovilísticas, claro está- son los helicópteros. No sólo porque varias empresas ofrecen ir y volver del circuito en una de esas aeronaves sino porque hay vuelos de placer para recorrer la pista desde el aire. Tanto que, durante el fin de semana, el paisaje aéreo nada tiene que envidarle a algunas escenas de Apocalipsis Now.
Como este año Silverstone celebrará su 50º aniversario con la F1, también habrá tres desfiles de autos antiguos que tendrán como principal homenajeado al recientemente fallecido Jack Brabham. Para la ocasión, su hijo David conducirá el legendario y 100% british Cooper-Climax de 1960 con el que su padre ganó el GP de Gran Bretaña disputado en Silverstone y sobre el cual se coronó campeón a fin de ese año. Además, participarán Jackie Stewart, Emerson Fittipaldi, Alain Prost, Nigel Mansell, Damon Hill y otras celebridades.
A Silverstone también se puede llegar en auto, pero hay que ser paciente con el tránsito. En tren, las estaciones más cercanas son Northampton (28,5 kilómetros), Banbury (29 km) y Milton Keynes (34 km), desde donde se puede tomar un autobus. Y como la holelería no abunda y las habitaciones se reservan con bastante antelación, muchos optan por los campamentos próximos al trazado, aunque hay que rogar que la lluvia no arruine los asados de cerdo ni el clima festivo que allí impera. Los hay gratuitos y pagos, con duchas privadas, restaurantes y hasta carpas-disco el viernes y sábado.
Los pubs favoritos del casco urbano son The Green Man y The Royal Oak. Pero si se quiere algo más sofisticado, hay que ir hasta Norhampton. Por ejemplo, al Hotel Tree Lime, a Stratford-upon-Avon, a The Oppositions o a Boathouse, que tiene una bella vista al río.
Que el pueblo de Silverstone tiene estrecha ligazón con la F1 lo confirma el hecho de que su circuito -del mismo nombre que la villa- fue sede del Gran Premio británico en 49 oportunidades. La primera, en 1948, dos años antes de que se inaugurara el Campeonato Mundial de la especialidad, que empezó también en Silverstone, en 1950. Motivo por la cual, la “Máxima” es para los lugareños casi tan natural como el verde de sus campiñas.
Silverstone es un pequeño y apacible poblado -algo más de cinco mil habitantes- del distrito de South Northampton, en el condado de Northampton, a 122 kilómetros al noroeste de Londres, la capital del Reino Unido. El fin de semana del GP, sin embargo, esa traquilidad se ve alterarada por el arribo de miles de fans dispuestos a disfrutar no pocas de las distintas actividades programadas para la ocasión.
Desde números musicales -este año hay un tributo a Los Beatles- hasta un torneo de baile, pasando por shows de acrobacia en bicicleta, karts eléctricos para niños y competencias de segway. En torno al trazado también se montan más de 150 stands con variado merchandising, comida (desde hamburguesas hasta fideos y nachos) y bebida (desde cerveza hasta champán).
Pero si algo distingue a Silverstone los días del GP -además de las carreras automovilísticas, claro está- son los helicópteros. No sólo porque varias empresas ofrecen ir y volver del circuito en una de esas aeronaves sino porque hay vuelos de placer para recorrer la pista desde el aire. Tanto que, durante el fin de semana, el paisaje aéreo nada tiene que envidarle a algunas escenas de Apocalipsis Now.
Como este año Silverstone celebrará su 50º aniversario con la F1, también habrá tres desfiles de autos antiguos que tendrán como principal homenajeado al recientemente fallecido Jack Brabham. Para la ocasión, su hijo David conducirá el legendario y 100% british Cooper-Climax de 1960 con el que su padre ganó el GP de Gran Bretaña disputado en Silverstone y sobre el cual se coronó campeón a fin de ese año. Además, participarán Jackie Stewart, Emerson Fittipaldi, Alain Prost, Nigel Mansell, Damon Hill y otras celebridades.
A Silverstone también se puede llegar en auto, pero hay que ser paciente con el tránsito. En tren, las estaciones más cercanas son Northampton (28,5 kilómetros), Banbury (29 km) y Milton Keynes (34 km), desde donde se puede tomar un autobus. Y como la holelería no abunda y las habitaciones se reservan con bastante antelación, muchos optan por los campamentos próximos al trazado, aunque hay que rogar que la lluvia no arruine los asados de cerdo ni el clima festivo que allí impera. Los hay gratuitos y pagos, con duchas privadas, restaurantes y hasta carpas-disco el viernes y sábado.
Los pubs favoritos del casco urbano son The Green Man y The Royal Oak. Pero si se quiere algo más sofisticado, hay que ir hasta Norhampton. Por ejemplo, al Hotel Tree Lime, a Stratford-upon-Avon, a The Oppositions o a Boathouse, que tiene una bella vista al río.