Monza: El templo de la velocidad

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El autódromo de Monza hospedará este fin de semana a la 13º fecha de la F1 2014. Conocido también como “el templo de la velocidad”, es el circuito que más veces recibió a la categoría. Por Sergio Núñez @F1SergioNez


Construido e inaugurado en 1922, el Autódromo Internazionale di Monza sólo renunció a ser sede del Gran Premio de Italia en cinco ocasiones y únicamente una vez desde la instauración del Mundial de F1: en 1921 (cuando se disputó en Montichiari, Brescia), 1937 (Livorno), 1947 (Milán), 1948 (Valentino Park) y 1980 (Imola).

Además, es el tercer circuito permanente que se construyó en el mundo, solamente precedido por Brooklands, en Inglaterra (1907) e Indianápolis, en Estados Unidos (1909).

Monza, también conocido como “el templo de la velocidad” o “el paraíso de las chupadas”, recibió a la naciente categoría máxima en 1950 con una longitud de 6.276 metros, aunque entre 1955 y 1956 y de 1960 a 1961 se optó por la pista de alta velocidad con curvones peraltados, cuya extensión era de 10.042 metros.

Con respecto a su versión original, la actual presenta tres variantes que cortaron sus rápidísimas y largas rectas. La primera, llamada Goodyear, está en el tramo final del rectilíneo principal; la siguiente es la chicana Della Roggia y la tercera, la “ese” Ascari. En Monza hay cuatro tramos veloces, sólo dos curvas lentas y se llega a marcas tope que superan los 350 kilómetros por hora. Desde 2000, su extensión es de 5.793 metros, a recorrer 53 veces, lo que totaliza 306,720 kilómetros.

Pese a la inclusión de las mencionadas variantes, el dibujo guarda sus principales características, debido a lo cual sigue siendo el más rápido de toda la temporada. Por esa razón, los autos son dispuestos con una baja carga aerodinámica. Y a raíz de esa escasa carga (que hace que los coches derrapen más y corran más riesgo de bloquear en las frenadas), más las elevadas temperaturas alcanzadas en las largas rectas, Pirelli decidió suminsitrar a los equipos sus neumáticos medios y duros.

No obstante su impronta, en Monza los adelantamientos no son sencillos. Para esos menesteres, por ejemplo, es clave salir bien parado de su tramo más famoso: la legendaria Parabólica, una rápida curva a la derecha de 180 grados -este año polémicamente asfaltada en su sector escapatorio- y que se toma en cuarta marcha y conduce a la recta de boxes.

No casualmente, la primera de las dos zonas de detección del alerón trasero móvil (DRS) estará a la entrada de la Parabólica (14º y última curva), para su activación en la larguísima línea de meta. La segunda se situará en la curva Di Serraglio, en el rectilíneo posterior, cuyo punto de detección está entre las dos curvas Di Lesmo, justo antes de encarar la segunda (curva 7).

La mejor pole data de 2004, cuando Rubens Barrichello (Ferrari) marcó 1m 20s 089/1000. La carrera más veloz fue la de 2003, con el también ferrarista Michael Schumacher ganador en 1h 14m 19s 838/1000; y el mejor récord de vuelta corresponde a 2004, año en que Barrichello giró en 1m 21s 046/1000.


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