Los Red Bull tomaron la punta en el inicio del Gran Premio de Alemania desplazando al Mercedes de Lewis Hamilton. Más allá de algunos momentos en las paradas de boxes, Sebastian Vettel ostentó el liderazgo en gran parte de la carrera. Pero en las últimas instancias, después de los últimos pitstops, Kimi Raikkonen comenzó a surgir como una amenaza para sus chances de victoria en casa.

El piloto finlandés de Lotus aceleró a fondo en las últimas vueltas, y con buen ritmo y ayudado por las gomas blandas que le calzaron en boxes, acechó a Vettel en busca de su segunda victoria del año. Ingresó en la zona de DRS en la última vuelta, pero no fue suficiente para ganar en Nürburgring.

"Ha sido una carrera difícil, una de las más difíciles en mucho tiempo. Me alegra que la carrera no fuera dos o tres vueltas más larga, ya que Kimi era algo más rápido al final. Estoy contento de que todo haya salido bien y es muy especial. El equipo trabajó bastante duro para darme la oportunidad de ganar este fin de semana y lo conseguimos. Antes de nada hay que recordar que es un privilegio tener la oportunidad de correr en tu país: hay unas 20 carreras, pero hay obviamente más de 20 países, así que es especial correr en casa y tener todo este apoyo. Tuve una buena salida y luego me centré en cada vuelta durante la carrera. Realmente no piensas dónde estás mientras corres, no puedes permitir que tu mente se desconcentre, pero cuando cayó la bandera a cuadros y la carrera hubo acabado disfruté de la vuelta de regreso al box y vi mucha gente en las gradas saludando y ondeando banderas. Esa imagen permanecerá en mi cabeza mucho, mucho tiempo", comentó Vettel una vez que cruzó la línea de llegada en Nürburgring.