Kuala Lumpur, la nueva maravilla asiática

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Como desde 1999, la 17º edición del Gran Premio de Malasia de F1 tendrá como casa a la capital del país del sudeste asiático, elegida el año pasado una de las siete ciudades maravillas del mundo. Por Sergio Núñez @F1SergioNez


El Gran Premio de Malasia de F1 se corrió por primera vez en 1999 y desde entonces tiene como escenario al moderno circuito de Sepang, al sur de Kuala Lumpur, la capital y centro económico y comercial del país asiático que hiciera famoso Emilio Salgari con su novela El Tigre de la Malasia. En sus dos primeras  ediciones, la prueba se disputó en octubre, cercana al GP de Japón, para convertirse desde 2001 en la segunda o tercera fecha  de la temporada, como parte de la gira que incluye las carreras en Australia, Bahrein y más recientemente China.

Kuala Lumpur fue fundada en 1857 donde se unen los ríos Gombak y Klang, y en malayo, el nombre significa "confluencia fangosa". Con una población de dos millones de habitantes y un área metropolitana que incluye otros siete millones, la ciudad está en el estado de Selagor, al sudeste de la Península de Malaca, y combina típicos barrios coloniales de tradiciones islámico-malasias con imponentes rascacielos. 

En la zona antigua está Jalan Ampang, famosa por sus mansiones de inicios del siglo XX, y Merkeda Square, donde el 3 de agosto de 1957 se declaró la independencia de Gran Bretaña. En cambio, los principales atractivos de la parte moderna son las Torres Gemelas Petronas, uno de los edificios más altos del mundo con 88 pisos de 452 metros, y la KL Meanara Tower, que posee un restaurante giratorio con magníficas vistas de la urbe y buen menú.

Ambas construcciones son los nuevos símbolos de un país que en las últimas décadas sedujo a numerosas empresas multinacionales con ventajas impositivas y mano de obra barata. La mayoría se dedica a la producción y exportación de componentes electrónicos, actividad que se sumó a otras más tradicionales como la extracción de estaño, petróleo y la fabricación de caucho.

Las distintas zonas de Kuala Lumpur están conectadas por una extensa red de autopistas, por lo que el tren y el autobús no son los medios de transporte más utilizados. La urbe tiene, además, una gran variedad de mercados tradicionales, centros comerciales y restaurantes. La comida local consiste en una mezcla de platos malasios, tailandeses, chinos e indios, y buena parte de los  restó se encuentra en Bangar Baru y en los distritos de Chinatown y Little India, también conocidos por sus tradicionales templos.

Por su diversidad cultural y religiosa (en su mayoría musulmana) y su modernidad en constante desarrollo, Kuala Lumpur fue clasificada a fines de 2014 como una de las siete ciudades maravillas del mundo (junto a Beirut, Durban, Doha, La Habana, La Paz y Vigan), por la fundación New 7 Wonders. Aunque para no pocos entendidos no es tan impactante como su vecina Singapur, con sus ultra futuristas torres y paseos.

Algunas de sus atracciones diurnas son la Mezquita Nacional, las Cuevas Batu -un complejo de templos hindúes escondidos entre cuevas-, el Museo Nacional, el de Artes Islámicas, la Galería de Arte Nacional y el Centro de Artes Interpretativas. Para los amantes de la naturaleza están el Acuario KLCC, los Jardines Botánicos de Bukit Kiara y el Zoo Negara. Además hay numerosos jardines y parques: el Jardín del Lago Perdana (que incluye el Parque de la Mariposa, el del Ciervo, el Jardín de la Orquídea, el del Hibisco, la flor nacional del país, y el Parque de Aves), el Parque del Centro de KL, los Jardines del Lago de la Reina, el Parque Ecuestre y el Parque Internacional de Bukit Jalil, entre otros. Hay también tres reservas forestales: Bukit Nanas (uno de los bosques vírgenes más antiguos del mundo en el interior de una ciudad), Bukit Sungai Putih y Bukit Sungai Besi, con monos, musarañas arbóreas, ardillas y variadas aves. 

Para después de cenar hay numerosos sitios nocturnos como Beach Club, elegido el mejor bar de Asia, el Hard Rock Café, el Thai Club y Planet Hollywood, la discoteca más grande de la ciudad.

Con una cadena montañosa de mediana altura de fondo y rodeado de 10 mil palmeras plantadas especialmente para la inauguración, el circuito de Sepang está a 45 minutos en autos de Kuala Lumpur por la autopista E8; y para sorpresa de la F1, en la primera edición del GP irrumpió nada menos que un leopardo, que salió espantado ante el sonido de los motores. Su costo demandó 130 millones de dólares, una cifra menor si se la compara con los casi 3.500 millones que costó el aeropuerto, con el que forma prácticamente un conjunto por estar a sólo 15 minutos. Por esa cercanía, lo más cómodo es alojarse en uno de los hoteles próximos al aeropuerto, donde también paran los equipos de la “máxima”.


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